DECLARACION POLITICA DE CONTRAPARTES DE CRISTIAN AID DE AMERICA LATINA Y EL CARIBE FRENTE AL CAMBIO CLIMATICO.
Cochabamba. Bolivia Octubre 16 de 2009
“Las voces de los afectados y afectadas…exigimos Justicia Climática”
Las organizaciones sociales, ambientalistas y defensoras de derechos humanos, como acompañantes de los diferentes sectores sociales y populares (Pueblos Indígenas, Afrodescendientes, Campesin@s, trabajador@s, estudiantes y jóvenes, en general comunidades, históricamente empobrecidas), excluidas por el dominante modelo económico y político del sistema capitalista, afectados por el cambio climático y la degradación sistemática contra la Madre Tierra, quienes trabajamos con comunidades de 10 países de Latinoamérica y el Caribe, reunidas en la ciudad de Cochabamba, durante los días 12 al 16 de octubre de 2009.
Consideramos que la crisis global ambiental, se origina en el actual modelo económico y socio-político, promovido y mantenido por los países industrializados, las elites económicas globales y nacionales, las multinacionales, las instituciones y entidades financieras internacionales, la mayor parte de los medios masivos de comunicación y la militarización, cuyo fin esencial es la acumulación de la riqueza a cualquier costo. La producción y el consumo a gran escala han ocasionado una degradación en los ecosistemas, destrucción de la biodiversidad, agotamiento de los recursos naturales, crisis en la disponibilidad hídrica y envenenamiento de la atmósfera. Ésta ha amenazado en general la supervivencia de la humanidad y la vida entera, afectando de manera particular a los Pueblos Indígenas, comunidades Afrodescendientes, Campesinas y comunidades pobres, excluidas y en condiciones de alta vulnerabilidad de las zonas urbanas y rurales. Estas situaciones inevitablemente van a acrecentar los conflictos, la desigualdad e injusticia social, por las anteriores razones éste es un modelo insustentable.
Rechazamos las actuales y falsas soluciones promovidas desde los países industrializados: como el comercio de emisiones de CO2, los bonos de carbono, la producción de agro-combustibles, la energía nuclear, las mega hidroeléctricas, la transferencia de emisiones norte-sur, los transgénicos, y los mecanismos de desarrollo limpio MDL. Estas falsas soluciones están destinadas a satisfacer el mercado internacional y la cultura de consumo individualista y no las necesidades, aspiraciones y demandas del Pueblo, ya que para su producción han dejado como consecuencia el despojo de los territorios y el desplazamiento forzado de las comunidades. También han puesto en grave riesgo la seguridad y soberanía alimentaria de los Pueblos, es decir se enmarcan en una lógica de producción neoliberal.
Frente a este modelo y sus nefastas consecuencias, las organizaciones que trabajamos con las comunidades afectadas por el cambio el climático en América Latina y el Caribe, promovemos modelos alternativos que están en construcción, basados en la transformación social, política y hacia economías solidarias, alternativas y populares y en los principios y valores de: la sustentabilidad, el equilibrio y armonía con la naturaleza, la justicia, la humanidad, la igualdad y equidad de género, la participación de todos los sectores y el control social, el reconocimiento de los derechos de la Madre Tierra, el vivir y convivir bien y la incorporación de los saberes ancestrales y tradicionales de los Pueblos Originarios (organización, manejo sustentable de las fuentes de vida, recursos naturales y biodiversidad). Estos principios y valores marcan un claro rechazo a la concentración de la riqueza, y la explotación irracional, producción y consumismo ilimitado y degradante de mercancías y servicios, de esta manera estamos yendo a la raíz del problema.
Frente a la Crisis Global Ambiental, exigimos a los responsables:
1. Cambio en el modelo económico y de desarrollo, en sus formas de explotación, producción y consumo, a través de la aplicación de políticas y programas participativos y sustentables en todas las áreas de la economía.
2. Reconocimiento de la deuda ecológica de los países del Norte, y de los responsables de los daños ambientales, sociales, culturales y económicos, así como del cambio climático, por los daños que ha ocasionado a los Pueblos del Sur.
3. Pago y no financiación o endeudamiento para la mitigación y adaptación frente al cambio climático, respetando la soberanía nacional, la cogestión local y la libre autodeterminación de los Pueblos.
4. Cooperación en el desarrollo tecnológico y no Transferencia Tecnológica, para superar la dependencia y la imposición de sus modelos de desarrollo, crecimiento y conocimiento.
5. Reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero por parte de los países industrializados, para asegurar que la temperatura promedio global del planeta no siga subiendo y que el aumento se mantenga por debajo de los 2ºC, basados en las responsabilidades comunes pero diferenciadas y teniendo en cuenta las emisiones históricas y actuales.
6. Establezcan mecanismos de fiscalización, control y sanción a los estados, las empresas, corporaciones, multinacionales y trasnacionales que operan en el Sur, responsables de los impactos ambientales, sociales y culturales.
7. Participación de los pueblos, especialmente indígenas, campesinos, trabajadores, pobres y marginalizados en la consulta y toma de decisiones.
8. El cumplimiento de las leyes ambientales existentes, crear nuevas que sean respetuosas del medio ambiente, los intereses de los pobres y de los pueblos históricamente marginados y derogar aquellas que no lo sean .
9. Que se reconozcan los daños actuales que ya ocurren en el Sur y que se incorporen medidas de adaptación en las políticas públicas, locales, nacionales y regionales.
10. El reconocimiento del Tribunal Internacional de Justicia Climática, como un espacio político, ético, moral, legal y legítimo en donde se presenten y se investiguen los casos y que sus decisiones puedan llegar a ser vinculantes para que se sancione a los responsables.
Llamamos a todos los sectores sociales, organizaciones ambientalistas y de derechos humanos, a que nos juntemos para construir una fuerza política que luche por la Justicia Climática, vinculándonos a las acciones de movilización antes, durante y después de la Conferencia de Partes N.15 a realizarse en Copenhague, y que trabajemos en la difusión y sensibilización por la defensa de la Madre Tierra, e incidir en los gobiernos para que sus políticas se enmarquen dentro de los principios de Justicia Climática y apoyar y fortalecer a países y gobiernos progresistas del Sur para que recojan el liderazgo político que el Norte no quiere asumir, a través de acciones concretas o a través del replanteamiento del modelo de desarrollo regional, en coherencia con las demandas del Sur.